Llegó el momento. Último partido del año. Último partido del 2019. Una temporada para enmarcar en la historia del club y el objetivo estaba claro: poner la guinda a todo esto con una última victoria.
Enfrente teníamos al conjunto mostoleño de los Jabatos, un conocido rival del que no guardábamos un recuerdo muy especial, ya que nos volvimos a casa hace dos años con un marcador en contra de 87-7. Era el momento de redimirse, coger la sartén por el mango y volver a demostrar que estamos aquí para quedarnos y seguir luchando. El partido, aplazado de la 5ª jornada se jugaba el sábado 21 de diciembre, aunque el día que nos acompañó parecía de otoño, exceptuando el viento, inesperado protagonista final.
Comenzó el encuentro y desde el calentamiento ya se podía notar en el ambiente las ganas de librar una batalla épica. Pero fue sonar el silbato del árbitro y comprobar que no nos equivocábamos: los primeros choques de la delantera sonaban como arietes golpeando las inmensas puertas de una muralla medieval, y las dos líneas no hacían más que anular cualquier intento de creación de huecos a base de placajes sensacionales. Cualquier intento para forzar el error contrario se veía saboteado por la defensa y tocaba volver a empezar de cero.
Pero en un momento de pequeña desconexión jabata en el minuto 13, un golpe de castigo dentro de 22 y completamente centrado se convertirían en los primeros 3 puntos visitantes. Continuó el enfrentamiento por la misma vía de igualdad hasta que 10 minutos después volvió a ocurrir una situación calcada: otro golpe centrado que se iba a transformar para alejarnos ya con un 0-6, un marcador demasiado ajustado que nos pedía apretar las tuercas y dar un pequeño empujón antes de irnos al descanso, pero parece ser que en Aranda siempre tiramos a lo grande.
En un tramo de 8 minutos castigamos al equipo local con 3 ensayos y dos transformaciones, que cambiaban el color de un partido igualado, a lo que parecía un encuentro casi resuelto con un marcador de 0-25. Pero en la última jugada de la primera parte, una buena jugada del conjunto verde y amarillo les permitía ensayar y dejar el marcador con un 5-25.
Comenzaba la segunda parte y seguíamos con ganas de más, pero esa falta de sangre fría con una ventaja considerable, nos condenaba a encajar otro ensayo y esta vez transformado, 12-25 y bien alerta, esto ya no estaba tan resuelto. Y casi de inmediato, después de reiniciar, una buena combinación en la línea de 3/4 nos permitía posar bajo palos y colocar el marcador en un 12-32. Y los de cielo y vino empezamos a jugar con cabeza, manejando el balón, cerrando cualquier hueco en defensa y no fallando placajes.
Así hasta el minuto 60, donde un protagonista inesperado llamado viento, forzó el final del encuentro por alerta al climatológica, dejando un marcador provisional de 12-32 a favor de Rugby Aranda que, hasta el día de hoy se considera definitivo y casi oficial.